La relación entre la Feria de Abril y la alopecia selectiva. Parte I

Inmersos en mitad de la Feria de Abril de Sevilla, con la gente que nos gusta, mirando de reojo a los que nos ofrecen poca confianza. Comienza la Feria y ya nos habíamos olvidado del sabor del Rebujito, del olor de los buñuelos ahí donde los gitanos. Se nos parece olvidar las ganas con las que vivimos todo el año esperando estos días.

Personalmente disfruto como un enano (nunca he entendido esta expresión, pobres enanitos), decía que disfruto enormemente viendo como mi mujer se pone la flor en la cabeza y como tras subir la cremallera por toda su espalda la veo ahí preparada, como el año anterior, pero más guapa, porque las mujeres estan cada Feria más guapas.

Y de color turquesa se vistió ayer la reina de mi casa. Despues de una jornada de trabajo, qué ganas de ponerse una flor en la cabeza. Qué trabajadora eres mi alma!!  Pero que bien la luces Victoria, al reves que nuestra amiga Rocio Estefanía que aunque se coloca la flor con 6 horquillas siempre se le dobla. Sin embargo Rocio es la alegría del real y me encanta bailar con ella.

La Feria es un foro de contrastes, de gente que conoces y de gente que creias conocer. En los del primer grupo entran los hijos de mi amigo Antonio Guerra, Blas y Mercedes, dos personas excelentemente preparadas, agradabilísimas y con una simpatia incondicional. ¡Que buen rato pasamos ayer con esta familia! Acabamos la noche hablando de la "alopecia selectiva" y su estudio en ratones...

Desde horas tempranas de sobremesa, hasta altas horas del "vamonos" te asombrá el talante del sevillano, ¡qué arte saber guardar la compostura con lo que llevamos encima! Y que aún a las 2 de la madrugada parece que uno acaba de salir de casa salvo por el albero de los zapatos.

Nada más triste que el pelito de los ratones.